★★★☆☆½
Antes de empezar debo avisaros que puede que inconscientemente haya soltado algún que otro spoiler en esta reseña, aunque no muy graves, y al menos así si decidís leerlo sabéis a qué os enfrentáis, porque yo fui totalmente a ciegas (me lo regalaron, yo no tenía ni idea de su existencia) cuando lo empecé y bueno, digamos que no era lo que me esperaba, aunque tampoco me decepcionó porque no tenía ninguna expectativa en cuanto a la historia.
"When I met someone I liked, I wanted all of them, and fast."
Voy a intentar resumiros el argumento del libro, aunque tiene poco, ¿supongo que esto lo hará más fácil? Lo dudo, pero allá va. Ava es una chica irlandesa de 23 (?) años que de repente se muda a Hong Kong para, básicamente, alejarse de su familia y de Dublín tanto como pueda (personalmente creo que no hacía falta ir casi a la otra punta del mundo para eso, pero en fin). Ava es una chica un poco especial, no tiene ni quiere hacer amigos, pero a la vez decide descargarse una aplicación (no sabemos muy bien si de citas o solo para hacer amigos) y a través de esta conoce a un chico, Julian, con el que queda durante meses hasta que deciden liarse. A partir de entonces deciden que no pondrán una etiqueta a lo que tienen, simplemente viven juntos, lo hacen todo juntos, pero duermen separados.
Julian presenta a Ava a todos sus amigos, de manera que entra a formar parte de su círculo, aunque Ava siente que no pinta nada allí, entre tantos británicos y vestidos caros. Pero Ava se deja llevar porque gracias a Julian no tiene que vivir en un cuchitril de la ciudad compartido con otras dos chicas.
Y un buen día Ava conoce a Edith, una niña rica progresista y con las ideas claras, y eso conquistará a Ava, que querrá ser como ella. En este caso, Edith y Ava sí se etiquetan, son novias, aunque parte de la sociedad hongkonesa no las acabe de aceptar. Pero llegará un punto en que Ava se verá obligada a elegir entre Julian o Edith, ¿a quién elegirá? Si quieres saberlo sigue leyendo la reseña.
"I wanted other people to care more about me than I did about them."
En general el libro me pareció un vago intento de parecerse a una novela de Sally Rooney sumándole un poco de feminismo marxista radical hipócrita. Dejad que me explique. Al principio del libro Ava parecía tener sus principios: una chica independiente en un lugar nuevo, se va de casa y bien lejos para que no le puedan decir que no se espabila sola, además odia el clasismo, no soporta ver que hay gente que vive en pisos como palacios mientras la mayoría de la sociedad se amontona en nichos (aunque creo que Hong Kong no es la mejor opción si no te gustan esas cosas, pero en fin), además se cuestiona a sus compañeros de trabajo y los roles que desempeña cada persona en la sociedad en la que vive, cómo las mujeres están todavía muy subyugadas a las figuras masculinas que las rodean.
Pero a medida que avanza la historia con Julian, Ava se va volviendo más y más borrega, va perdiendo sus valores, se deja llevar, hasta tal punto que acaba convirtiéndose en una mujer florero, a la cual Julian ni siquiera acude para saber lo que opina de las cosas, simplemente le dice lo que tiene que hacer, decir o pensar y ella lo hace. Y cuando conoce a Edith, Ava ya ha perdido gran parte de su personalidad y todos sus principios, y ahora que ha encontrado a alguien a quién admira por tener ideas propias y que más o menos coinciden con las que solía tener ella, quiere adoptar cada rasgo de su persona y convertirse en una copia idéntica, quiere ser ella.
Aunque en el fondo Ava es consciente de lo que le pasa, tampoco hace nada para cambiarlo, parece que le está bien todo lo que le viene, sobre todo cuando está con Julian. Y cuando por fin le toca decidir si irse con Julian o quedarse con Edith, no sabe qué hacer y el libro se acaba. O sea, tiene que ser una broma.
"The trouble with my body was that I had to carry it around with me."
Aún así tengo que decir que disfruté del libro, porque al igual que con los libros de Sally Rooney, tengo sentimientos encontrados. A pesar de todo lo que he dicho, estos tipos de libros me gustan, disfruto con el hecho de que me hagan reflexionar, que me hagan ver como es la vida para otra gente, porque aunque sean ficción con ellos te das cuenta de que cada uno tiene su historia, que cada uno tiene sus problemas y su forma de resolverlos, incluso elegir no hacerlo, ignorarlos y dejarse llevar por la corriente de la vida. Porque así es como somos, imperfectos, y está bien que de vez en cuando un libro, una serie, una película o una persona cercana nos lo recuerden.
Mucho amor,
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