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Reseña: El jilguero, de Donna Tartt


Pasillos de museos con luz tenue. El olor de la tinta en el papel. Muebles viejos restaurados. El sabor del vodka solo. Un piso vacío. Un niño solo en el suelo abrazado a una pintura. Manos viejas y arrugadas. Memorias de tiempos mejores. Un amor no correspondido. Soledad y mala suerte. Un pájaro cantando en medio de la noche. El sentimiento de que nada volverá a ir bien nunca más. La brisa nocturna entrando por una ventana abierta. Historia y arte.


He pasado por muchos estadios sentimentales leyendo este libro, del amor al odio, a la pena, la depresión, la euforia y el vacío. Creo que así es como tiene que hacerte sentir un gran libro. No tengo palabras para describir como de increíble y buena es la escritura de Donna Tartt. Esta mujer tiene un don y lo está utilizando para entretenernos a todos nosotros, y no podría estar más agradecida por eso. El mundo necesita más escritoras como ella. Aunque su estilo me ha recordado al de Kate Morton, con todos esos párrafos para describir un solo sentimiento, un recuerdo, un personaje o una ubicación. Y lo tiene todo pensado, todo está tan ben ligado que podría ser real, los personajes y sus historias componen un mundo perfectamente creado.


Lo mejor de este libro es que puedes aprender muchas cosas a través de su lectura. Desde restaurar muebles viejos hasta el consumo de drogas. Me gustaría saber si Donna Tartt pasó por todas estas experiencias para saber tanto sobre estos temas, sería interesante saber si aprendió a restaurar muebles antiguos, si fue de Las Vegas a la ciudad de Nueva York en bus, si consumió drogas para saber cómo reaccionan, cómo se lo hacen los adictos para parecer limpios y cómo afrontan días sin consumir, etc. Porqué es tan real como si hubiese vivido la vida de Theo ella misma durante un tiempo.


Otra cosa que consigue Donna Tartt es que el lector ame algunos personajes desde su primera aparición, como Andy o Hobie, y odie a otros como... no, estos dejaré que los descubráis por vuestra propia mano. Pero a la vez juega con tus sentimientos hacia otros personajes, jugando con los que dicen o lo que hacen. Creo que Donna Tartt refleja aquesta filosofía en lo que Boris dice en algún punto del libro:

“¿Qué pasa si tu maldad y tus errores son precisamente lo que

determina el nuestro destino y nos lleva al bien?


Puede que te guste o no el estilo de Donna Tartt (yo personalmente lo adoro), pero todos podemos estar de acuerdo en que esta historia es conmovedora y, aunque aporte cosas diferentes a cada lector, te hace crecer y ver el mundo un poco diferente, con otros ojos. Teniendo en mente que cada uno tiene una historia y, aunque no la acabes conociendo nunca del todo, a veces lo que tenemos que hacer es cerrar la boca y escuchar la historia del otro, de esta manera podemos al menos intentar entender por qué la otra persona ha tomado un camino u otro en la su vida. Creo que esta es la principal moraleja de El jilguero.


Por último, el consejo que os daría antes de leer este libro no es que cojáis un paquete de pañuelos, porqué es probable que no lloréis, si no que os apretéis los cinturones porqué estáis a punto de montaros en una montaña rusa de sentimientos.


P.D.1: Si os estáis planteando leer El jilguero porqué habéis visto la adaptación cinematográfica y tenéis curiosidad u os ha gustado, dejadme que os diga que el libro es infinitamente mejor.


P.D.2: Si os estáis planteando mirar la película porqué os habéis leído el libro, dejadme que os avise de que dura 2 horas y media y que no vale el tiempo que dura, es un absoluto desastre. Adaptaron la historia de la peor manera posible. Pero al final es vuestra decisión, así que si la queréis mirar, miradla, y juzgadla vosotros mismos.


Género: ficción contemporánea, dark academia.



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